miércoles, 6 de febrero de 2008

A falta de una lluvia torrencial que sirviera para aclarar mis ideas y poner en orden mis pensamientos, el jueves, que es cuando tomé esta decisión, encontré la paz que necesitaba tumbado sobre un banco, al que a un lado acompañaba el bullicio del tráfico y a otro el agitado tránsito de los peatones.

Aún así, hice de ese banco un pequeño oasis en el que conseguí aislarme del frenético ritmo madrileño y pude asimilar la noticia que acababa de recibir.

Cierro el blog, y lo hago porque no me veo capaz de tratar cierto tema, o de continuar con esta bitácora dejándolo de lado.

Seguiré leyendo como he hecho hasta ahora, vuestros blogs, que tanto me entretienen, inspiran, emocionan, divierten o me hacen reflexionar, aunque de momento, procuraré no comentar en ellos.

Es grata la experiencia que me llevo de estos dos meses de blog, me hubiera gustado tratar otros temas o contar algunas cosas que me he dejado en el tintero, pero tendrán que esperar a un hipotético regreso.


Sed felices y que la vida os sorprenda (gratamente).

No hay comentarios: