miércoles, 6 de febrero de 2008

A falta de una lluvia torrencial que sirviera para aclarar mis ideas y poner en orden mis pensamientos, el jueves, que es cuando tomé esta decisión, encontré la paz que necesitaba tumbado sobre un banco, al que a un lado acompañaba el bullicio del tráfico y a otro el agitado tránsito de los peatones.

Aún así, hice de ese banco un pequeño oasis en el que conseguí aislarme del frenético ritmo madrileño y pude asimilar la noticia que acababa de recibir.

Cierro el blog, y lo hago porque no me veo capaz de tratar cierto tema, o de continuar con esta bitácora dejándolo de lado.

Seguiré leyendo como he hecho hasta ahora, vuestros blogs, que tanto me entretienen, inspiran, emocionan, divierten o me hacen reflexionar, aunque de momento, procuraré no comentar en ellos.

Es grata la experiencia que me llevo de estos dos meses de blog, me hubiera gustado tratar otros temas o contar algunas cosas que me he dejado en el tintero, pero tendrán que esperar a un hipotético regreso.


Sed felices y que la vida os sorprenda (gratamente).

miércoles, 30 de enero de 2008

A quién me parezco...

Copió a REM y me animo a sacarme parecido con los famosos. Ya conocía la página dónde también podéis haceros vosotros la prueba simplemente subiendo una foto. Es difícil estar conforme con los resultados cuando son tan diferentes entre sí, y aunque no me parezco en nada a ellos, Carson Daly y Eddie Cibrain, son los que siempre han aparecido cuando he hecho esto en otras ocasiones.

lunes, 28 de enero de 2008

La vida te lleva por caminos raros

Una verdad como un templo, que es también el título de una estupenda canción de Quique González, que desde ya queda ascendido al estatus de musa de este blog ^_^

Son los aniversarios, los comienzos de año, cambios de ciclo, festividades especiales, etc los momentos en los que nos replanteamos nuestra situación o cómo hemos llegado a ella, este fin de semana ha sido uno de esos momentos.


Pisando el Km. 0 situado en la madrileña Puerta Sol, pensé que ya había vivido ese momento hace no mucho, y no me refería a cuando estaba en frente de él hace unas semanas celebrando el fin de año, o hace dos meses pisándolo sin percatarme de ello al lado del chico post, ni siquiera remontándome 3 meses atrás con la primera visita de mis amigos a Madrid, la cosa iba un poco más lejos, un año exactamente.

El año pasado, aprovechando una festividad maña (REM, no te pases con el roscón), decidimos, que podría estar bien ir a visitar a un amigo que hacía poco que se había instalado en Madrid. Pese a los muchos planes que hicimos, la cosa no quedó como yo esperaba, y a punto estuve de no ir, por la cantidad de bajas que hubo entre mis amigos, y por que quienes seguían manteniéndose en el viaje, no eran con quienes mayor relación tenía. Al final opté por acudir, entre otras cosas, porque era más cómodo ir, que soltar una embarazosa excusa en el último momento.

Era mi primera visita a Madrid, fuera de excursiones con el colegio o instituto, por lo que no conocía prácticamente nada, miraba embobado todos esos edificios y lugares que había visto en multitud de ocasiones en tv, cine o fotografías, y hasta pagaba gustosamente 10€ por entrar a un local que realmente no lo merecía.

Era un turista entregado, escuchaba las explicaciones que me daban mis anfitriones, y ninguno de los planes que me proponían, a pesar de estar algunos de ellos alejados de mi estilo, me parecían mal, y eso que yo suelo quejarme de hasta lo que me gusta.

Supongo que me dejé cegar por las luces de la ciudad, la multitud de oportunidades que ofrecía, el café de Starbucks, la facilidad con la que ligué con un chico sin que mis amig@s se enteraran y el habérmelo pasado tan bien sin esperarlo, porque cuando mis anfitriones me preguntaron que por qué no buscaba curro aquí y me mudaba con ellos, solté un "¿por qué no?", que viene a ser una respuesta bastante optimista para una pregunta que no me había hecho nunca, o una posibilidad con la que no había contado hasta ese mismo momento.

Este finde, un año después de aquello, era yo el que ejercía de inesperado anfitrión de un par "okupas" que se habían instalado en mi casa, mi compañero de piso, que era quién los conocía y por quién han venido, los dejó a mi cargo marchándose sin ni siquiera presentármelos, la confianza tiene estas cosas.

Y ejerciendo mi labor de guía turístico, fue cuando me dí cuenta de que "la vida te lleva por caminos raros", un año después de mi primera visita a Madrid:

- Era yo el que mostraba la ciudad y no el turista.
- Aunque mi idea de mudarme a Madrid se basaba exclusivamente en hacerlo con los amigos que me lo propusieron hace un año, he acabado viviendo con dos conocidos que han pasado a ser amigos, tras aceptar su oferta en una noche de borrachera.
- He pasado por 4 empleos en este último año, uno de ellos no remunerado, que es curiosamente, el que más disfruto.
- He hecho más kilómetros y viajes que en ninguna otra época de mi vida.
- He conocido a más gente de la que soy capaz de soportar.
- Y hasta he descubierto que tengo sentimientos como me recuerda cuando menos me lo espero mi recién estrenado corazón.

Cuando pisé esa baldosa de La Puerta del Sol, jamás pensé que un año después estaría pisándola de nuevo, habiéndome ocurrido todo lo citado anteriormente.
Es fantástico mirar atrás y ver lo que ha sido capaz de sorprenderte la vida en un año.

miércoles, 23 de enero de 2008

La declaración

Madrugada del sábado, un atractivo joven está sentado en un portal, contiguo a un bar de copas, juega con la media melena que forma su cabellera con una mano, y sostiene un cubata con la otra. Ni es la primera vez que usa ese rinconcito como "refugio", ni será la última. Una voz interrumpe sus (seguramente muy transcendentales) pensamientos:

- Eh ¿pero qué haces aquí solo y tirado?, ¿estás bien?, ¿estás borracho?.
- Estoy...bien...y estoy...borracho, sólo quería descansar un poco.
- Me siento un ratito contigo, que yo también me agobio ahí dentro - dice con su habitual tono de voz amable.-
El joven asiente por medio de un gruñido desganado y toma un trago de su cubata.
- ¿Cuánto llevas aquí? Te estaba buscando desde hace un rato.
- Perdí la noción del tiempo cuando acabamos la primera botella de brugal...¿me buscabas?.
- Sí, es que...quería contarte algo -Su expresión se vuelve un poco más seria.-
- ¿Un cotilleo? Sabes que nunca estoy lo suficientemente borracho para escuchar uno, eso sí, mañana me lo recuerdas por si acaso. -Toma un nuevo trago de su cubata.-
- No...o sí, es algo que quería decirte desde hace tiempo.
- Ahhh - Su gesto de despreocupada felicidad se cambia por una expresión que denota su incomodidad y toma un trago todavía mayor que los anteriores - mejor me lo cuentas mañana ¿no? que ahora...no...no es el mejor momento.
- Puede, pero hoy me he prometido que te lo contaría. ¿te imaginas de qué te hablo?.
- Me lo imagino...y si es lo que creo, no es el mejor momento, de verdad.
- ¿Y qué crees que es?.
- No me hagas decirlo a mí - nuevo trago de su cubata, ya en las últimas- pero he escuchado cosas, y aunque me haga el tonto, tengo ojos, pillo las indirectas...
- ¿Y qué opinas?.
- ¿De qué? - contesta con una tímida voz y temiendo la respuesta.-
- De que me gustes.
El melenitas, termina con su cubata y mira el vaso vacío antes de responder.
- Ehhh, sabes que yo no...
- Sí, pero tenía que decírtelo.
- Mira, me caes de puta madre, y sé que contigo puedo hablar de todo, pero...no...lo siento. -Dice sin ser capaz de mirarle a los ojos.-
- Bueno, necesitaba decírtelo de todas formas. - Da un beso en la mejilla al muchacho y se levanta.-
- Oye...creo que no va a hacer falta que me lo recuerdes mañana. -Dice con una media sonrisa.-
- Vale -sonríe mientras se aleja- nos vemos.
- Sí...adiós.

Una semana estuvo el melenas evitando cualquier contacto con quién le hizo esa confesión y le dio ese beso en la mejilla que tan incómodo le hizo sentir. Hasta que se dio cuenta de que le echaba de menos y que era una estupidez, perder una buena amistad por algo así o sentirse incómodo, cuando era él el que tenía el papel más fácil en esta situación, y después de hacerle saber que nada tenía por qué cambiar tras esa conversación en el portal y que aunque había intentado mantener la distancia entre los dos no le había sido posible hacerlo por más de una semana, sellaron su renovada amistad con un fuerte abrazo.

lunes, 21 de enero de 2008

Al 98%

Considero que estoy recuperado al 98%, y "sólo" he tenido que:

- Caminar desprotegido durante una hora bajo la lluvia torrencial.
- Pasar un finde tranquilito (pelis&cerveza) con mis compañeros de piso.
- Tener una noche de sexo con alguien que no me convenía (EdiMurfy).
- Comprarme ropa nueva lo que me ha obligado a deshacerme (tengo intención de hacerlo, pero aún no he sido capaz) de unos cuantos vaqueros que pese a su lamentable estado de conservación, eran los que más me ponía, y no estaban llenos de rotos o comidos por abajo en plan cool, era en plan pordiosero, pero a mí me gustaban.
- Cruzarme con una amiga, que como yo, emigró a Madrid, parece una tontería, pero no sabéis la ilusión que me hizo verla, es la primera persona, que ya conociera de antes, con la que me topo en Madrid de manera fortuita.

Esta es mi extraña terapia de recuperación, para futuros desengaños, espero tener controlada la climatología, y el libre albedrío de mis amig@s, para poder repetir todos los puntos de esta lista que tan bien me ha funcionado.

Respecto a ese 2%, supongo que es la pequeña marca que se te queda tras sufrir un chasco de estas características, por suerte, servidor, era nuevo en esta materia, lo que me ha hecho tomarme un poco todo como una experiencia de la que aprender, vamos que he experimentado sentimientos que no había sentido antes (buenos y malos), y eso me ha hecho mejor personita, aunque evite mostrarlo, y en la parte moñas ahora comprendo mejor y me llegan más los líos sentimentales tanto de series y películas, como de mis amig@s.
En definitiva, que creo que todo esto ha sido para mejor, y yo, que siempre he sido considerado como un "sin sentimientos" o me han dicho "tienes una patata por corazón", afirmaciones con las que estaba de acuerdo y la mar de contento, ahora me siento, como si fuera el Hombre de hojalata del Mago de Oz, y me hubieran concedido un corazón.

jueves, 17 de enero de 2008

Noche de domingo

En la anterior entrada, dije que durante el finde, aunque pasé casi todo el tiempo con mis compañeros de piso, cosa que agradezco, porque ni me apetecía estar solo, ni ver a mi familia&amigos, tuve un par de momentos para mí, uno de ellos, fue el domingo por la noche, y lo compartí con el que era mi follamigo antes de que apareciera el chico post en escena. Y es aquí cuando este blog empieza a adentrarse en terrenos escabrosos.



Cuando estaba con él, a pesar de no tener ninguna intención de llegar a nada serio, fantaseaba con presentarlo en casa como mi novio, y es que obviando el hecho de que es un tío, cosa que ya de por sí provocaría infartos en mi familia, otras de sus características, podrían resultar bastante chocantes:

Extranjero, pasable.
Negro, un poco menos pasable para algunos miembros de mi familia.
12 años mayor que yo, lo que unido a los anteriores puntos no ayuda nada.
Casado. El dato perfecto para rematar.

Aclaro, como quitándole hierro al asunto que estaba casado con otro hombre, lo cual me hizo replantearme mi confianza en el matrimonio gay, como si no fuera algo tan serio como el tradicional, y no por el hecho de la infidelidad, que no era tal, ya que tenían una relación abierta, lo cual, reconozcamos, no es tan habitual en los matrimonios heteros, sino porque para mí resultaba un dato casi irrelevante y si estuviera casado con una mujer, no sé si ocurriría igual.

De todas formas, defiendo el matrimonio homosexual, y el derecho a llamarlo así, matrimonio, y no emplear algún eufemismo para diferenciarlo del heterosexual.

Volviendo al tema de EdiMurfy, (no se parece en nada al actor, pero hoy he leído una noticia sobre él y me hace gracia como mote), teníamos una sana relación de follamigos, hasta una vez me presentó a su marido cuando fui a buscarle a casa, molt fort para un pueblerino como yo, pero en fin, se cruzó el chico post en mi camino, y justo el día que lo conocí recibo un sms de EdiMurfy en el que me dice que está enamorado de mí, sabía que no podía ser cierto, o que su concepto del amor distaba mucho de ser el que tenemos cualquiera de nosotros, y así se lo aclaré, via sms, que no me apetecía complicarme y a partir de ese momento empecé a darle largas para volver a vernos, hasta que se cansó de insistir. Voy a empezar a creer en el karma, y pensar que lo del chico post ha sido justamente merecido por mi comportamiento con EdiMurfy.

El domingo, cuando quedé con él, sabía que lo que estaba haciendo era una estupidez, que seguramente me traería complicaciones, y quizás hasta me arrepentiría, pero me daba igual, porque estaba cabreado con el mundo y tenía todo el derecho a ser irracional.

Han pasado unos días, y no me arrepiento, no considero que fuera una estupidez, porque estoy bastante contento desde entonces, y la única complicación es tener que volverle a dar largas porque no tengo intención de quedar de nuevo con él.

martes, 15 de enero de 2008

Caminando bajo la lluvia

El fin de la relación con el chico-post, se resume en una llamada de 33 segundos, hecha por mí, bajo la intensa lluvia del viernes pasado.

Aunque lo esperaba/sospechaba, me jodió bastante, me puso la excusa de que llovía para no quedar, era cierto, como también lo era, que a mí me importaba bien poco el agua que cayera para quedar con él.

Sin plan, sin rumbo, y sin ganas de volver a casa, me dediqué a caminar bajo la lluvia, total ya estaba empapado y no hay cosa que me calme y despeje más que pensar en mis cosas mientras las gotas me golpean, además como soy contrario al paraguas y ni llevaba gorro en ese momento, ni lo quería, en pocos minutos estaba ya completamente calado, lo cual no me detuvo en caminata a ninguna parte.

La última vez que dejé que mis problemas, miedos y dudas se diluyeran bajo la lluvia, fue también la última vez que estuve en la capital maña, hará poco más de 4 meses, con la despedida de Zaragoza, la marcha al extranjero y a Madrid a la vuelta de la esquina.

En ambas ocasiones ocurrió igual, no volví con mis amigos, la vez anterior, y con mis compañeros de piso, este fin de semana, hasta que no paró de llover.

Compartir prácticamente la totalidad del fin de semana, salvo un par de momentos que me guardé para mí, uno de ellos lo comentaré en el siguiente post, con mis compañeros de piso, me ayudó bastante a levantar mi alicaído ánimo, es fantástico convivir con amigos y no simples conocidos y también ayuda bastante jugar con la mirada con cualquier desconocido mientras paseas por la calle, aunque la cosa no llegue a más.

Si en algo he notado que me encuentro mejor, por ridículo que sea tomar eso como referencia, es en mi música, si tengo el día tonto, soy incapaz de escuchar música movidita o alegre, me pone de peor humor, así que durante el finde me dediqué a escuchar a James Morrison, que puede resultar algo tristón en alguna de sus canciones, aunque lo recomiendo porque seguro que llegará lejos, y a Quique González, cuyo último disco, si bien no es tan tristón como el de James, tiene canciones bastante melancólicas y a estos dos se unió una canción de Melocos y la chica de La Quinta Estación, una combinación que a priori, me haría huir, pero que está muy bien.

Ahora mi música vuelve a tener más ritmo y energía, y una de las canciones que más está contribuyendo a ello, es un tema, bastante marica, por cierto, de Tiziano Ferro. Os dejo un poquito de la música de la que os he hablado:



jueves, 10 de enero de 2008

Esperando...

Probablemente debería esperarme a mañana para volver a postear, y evitarme compartir la decepción si la cosa sale mal. Pero me casé con este blog para lo bueno y para lo malo, en la borrachera y en la resaca, con comentarios o sin ellos, aunque no dudaré en pedir el divorcio si esto empieza a convertirse en un drama.


El ya lejano lunes, quedé por medio de una entrecortada conversación telefónica con el chico post para vernos este viernes. No fijamos hora, no sé si él se daría cuenta, pero yo sí, y no dije nada para ver que ocurría cuando llegáramos a este punto: al día de antes, sabiendo que mañana vamos a quedar y que no hemos concretado cuándo exactamente.

Hace 3 semanas que no nos vemos, las Navidades, los trabajos, que él no viva en Madrid sino en una de las ciudades limítrofes y mi interés por no mostrar que pierdo el culo por él, han hecho que pase todo este tiempo sin vernos y de ahí lo de lejano lunes del párrafo anterior, porque los días se me han pasado a cámara lenta esperando a que llegara el día de mañana.

Ahora toca esperar a que sea él quien llame para fijar hora, si no lo hace, esta noche he preparado unas patatas con orgullo, que será lo que me coma con total seguridad, y es que sí, tengo ganas de verle, pero su comportamiento me desconcierta y me crea una justificada inseguridad, tampoco es que hayamos hablado mucho durante estas 3 semanas, pero ha habido días en los que él era la persona más encantadora del mundo, la última vez que nos vimos, empleó ese recurso tan manido como romántico de llamar tan sólo dos minutos después de que nos hubiéramos despedido y otros en los que parecía totalmente apático con conversaciones que a duras penas llegaban a los dos minutos.

Lo de no fijar la hora, no sé si es retorcido, estúpido o masoquista por mi parte, pero le da también mayores facilidades a la hora de poner una excusa y no acudir, y ahí es cuando se acabaría todo y me buscaría uno, o varios, chicos post - Chico post, para quien no lo haya entendido, que pasaría página, y volvería al redil de puterío y golferío que nunca debí abandonar, aunque eso sí, más curtido, o eso creo, y menos predispuesto de lo que ya de por sí estaba antes, a abrir mi corazoncito.

martes, 8 de enero de 2008

Mi pequeño secreto

Ha habido muchos momentos en los que me ha apetecido contarles a mis amigos, el pequeño secreto que les escondo, especialmente en aquellas noches que se dan muy de vez en cuando, y en las que tras largas horas de conversación se llega a un clima de sinceridad y complicidad que haría soltar la lengua al más reservado.

Pero ni en esos momentos a los que me refiero, había estado tan cerca de revelar mi secreto, como en un par de ocasiones ocurridas durante estas Navidades.


Supongo que hasta ahora si no había tenido excesiva intención por contarlo, era simple y llanamente, proque no había mucho que contar, era gay y poco más había que decir, salvo alguna pequeña excepción, llevaba una vida casta y pura con mis congéneres de la acera de enfrente, y jamás me había pillado por un tío.

Bien sabéis que eso ahora es distinto, lo que unido a un incipiente desinterés por las mujeres, aunque no lo haya demostrado en mis últimas salidas nocturnas, hace que mi secreto, empiece a ser una carga que quizá no debería llevar solo.

Volviéndo a aquellos momentos de "sinceridad navideña", el primero ocurrió en la fallida noche del final de temporada, comenté que tuve que acoger en casa a un par de amigos, a uno de ellos, puedo considerarlo como uno de mis mejores amigos, está de Erasmus, y hacía meses que no lo veía, y tras horas de ponernos al día y con todo el tema del chico post tan reciente, se me hizo muy complicado no contárle nada, pero no porque lo estuviera ocultando, sino porque no parecía tener intención en querer hacerlo, me ví a mí mismo diciéndoselo de la manera más natural del mundo, pero una interrupción o intervención divina, me libraron de hacerlo.

Lo mismo ocurrió días más tarde, pero con mi mejor amiga, misma situación, meses sin vernos, horas hablando y bebiendo los dos solos, y nuevamente, una extraña sensación de querer contarlo sin darle mayor importancia.

No es casual que ellos dos sean las dos personas a las que más cerca he estado de contárselo, su situación, me parecía inmejorable para hacerlo, a parte de mi excelente relación con ellos, jugaba muy a su favor el hecho de que aunque vaya a seguir manteniendo contacto con ellos, no voy a verlos en los próximos meses, ya que ambos vuelven a sus destinos Erasmus, era una forma de liberarme un poco sin tener que enfrentarme del todo a la situación.

De todas formas el alivio que sentí al día después, al comprobar que todo continuaba con normalidad y que no lo había contado, me hace ver que todavía no estoy preparado para contarlo, que si realmente hubiera querido, tuve oportunidad de hacerlo, y que aunque sepa que su reacción va a ser buena, porque no me cabe ninguna duda de ello, el hecho de empezar a contarlo podría presionarme para hacerselo saber a todavía más gente, y eso sí que no me apetece lo más mínimo.

Por primera vez, empiezo a considerar la salida del armario, aunque sea a pequeña escala, y la forma en la que estuve a punto de hacerlo estas Navidades, ya no vaya a ser posible porque mis amigos ya han sido repatriados a sus lugares de estudio.

viernes, 4 de enero de 2008

Científicos alteran la orientación sexual de las moscas 'enganchándolas' al alcohol

¿Qué efecto puede tener tomarse unas copitas en el comportamiento sexual masculino? Ésta es la pregunta que han tratado de responder científicos de la Universidad de Penn Sate utilizando como modelo a las moscas.

Los biólogos las emborracharon hasta el punto de que los machos elegían como compañeros sexuales a especímenes de su mismo género.
También descubrieron que cuanto más enganchados estaban al alcohol, más aumentaban sus relaciones homosexuales.

Esto es parte de un artículo que podéis encontrar en la web de El Mundo.

No me voy a poner a debatir sobre el tema, pero me ha llamado la atención ¿por qué quién no ha comprobado como el alcohol exalta la amistad y vuelve cariñoso, incluso un pelín sobón, hasta a el más hetero? Yo tengo un amigo al que le da por darnos lametones en la mejilla cuando ha bebido un poco más de la cuenta.