No pude salvar ninguno de los dos obstáculos a los que me enfrentaba, por una parte mis amigos, se decidieron a quedarse en Madrid hasta el sábado, y por otra, el chico post, tenía ya el día planeado, recordemos que era su cumpleaños, con familia y amigos.
A cambio tuve una de las conversaciones telefónicas más largas y agradables que hemos tenido hasta la fecha, de todas formas, he de decir que voy perdiendo interés por el chico post a medida que pasan días sin saber de él, me estoy quitandooo; pude ponerme al día con mis amigos del montón de cosas que nos habían pasado en los últimos meses que no nos habíamos visto, disfruté de la noche madrileña (por partida doble), ejercí, sorprendentemente bien, de guía y eso que tiraba más de intuición que de propio conocimiento, ví Cortylandia ;-p y estaré de vuelta en Madrid para pasar la Nochevieja, la primera que pase únicamente con mis amigos.
Y un pequeño consejo para finalizar ahora que todavía quedan por delante unas cuantas noches de juerga y que a pesar de obvio, yo no he conseguido aplicar en varias ocasiones: no mezcléis medicamentos con alcohol, no pequeños, sólo puede traer malas consecuencias:
Por muy familiar que sea la Nochebuena, nadie me quita de salir con mis amigos esa noche tras haber acostado a los yayos, ni siquiera una inoportuna gripe, que yo mismo alimentaba pasando demasiado tiempo en la calle, y bebiendo más de la cuenta en los últimos días.
El caso es que una pastillita para rebajar la fiebre, otra para el catarro y otra por si acaso, mientras prometía no tomar alcohol a mi santa familia, se mezclaron con innumerables cubatas, y aunque nadie me ha comentado que fuera más borracho que de costumbre (lo cual quizá debería preocuparme) soy incapaz de recordar prácticamente nada de aquella noche. De tal profundidad son las lagunas de mi mente, que por lo visto, me lié con mi amiga, la ligerita de cascos, y he tenido que enterarme por terceras personas, y contrastar opiniones para terminar creyéndomelo ¿En quién confiar en estos casos?
¿En el medio bar que nos vió darnos el lote?
¿En la propia implicada?
¿O en uno mismo por muy amnésico que esté?
Ante la aplastante evidencia de las dos primeras opciones, tuve que descartar la tercera.
Pero como no hay mal que por bien no venga, tengo la impresión de que la pequeña incomodidad que sintió ella al verme al día siguiente y mi indiferencia ante lo sucedido, ya que aún no tenía noticias de que hubiera ocurrido, le van a hacer replantearse que es más importante mantener nuestra amistad, tal y como estaba, que incluir el elemento sexual, que podría hacer que se tambaleara.
Siento haber tardado tanto en postear y que además haya sido para un final tan decepcionante, pero prometo más y mejor para 2008.
