martes, 4 de diciembre de 2007

No me llames Dolores, llámame Lola

Desde que era bien pequeñito (muete se dice en Aragón), a excepción de mi familia, todos: amigos, maestros, conocidos, hasta jefes y compañeros de trabajo más adelante, han utilizado un apodo para referirse a mí, al que yo siempre he contestado gustosamente, ya que no era nada despectivo, y que incluso he considerado necesario en un principio, ya que en clase, éramos cuatro chicos con el mismo nombre, más dos en la clase de al lado y de nuevo cuatro en mi grupo de amigos, hay que decir que varios de los de mi grupo, eran también compañeros de clase.
Vamos, que podría llamarme Pepe o Juan fácilmente, pero no es ese mi nombre.



El motivo de que mi apodo perdurara, es que mis amig@s siempre estaban ahí, presentándome gente, coincidiendo conmigo en algún curro, o en mi subconsciente haciéndome presentarme bajo el apodo en lugar de emplear mi nombre, que se limitaba a mi ámbito familiar, y al que incluso me costaba reaccionar fuera de él.

También para mí era como una "prueba de fuego" al iniciar una amistad con alguien, en el momento que esa persona dejaba de utilizar mi nombre, y me comenzaba a llamar por mi apodo, significaba que habíamos estrechado lazos, y yo la verdad lo agradecía.

Pero todo eso está empezando a cambiar, este verano pasé una temporadilla en el extranjero, y aunque prácticamente sólo me relacioné con gente española, no conocía a nadie previamente, fuera de una noche de fiesta, siempre uso mi nombre para presentarme, lo digo como si fuera algo raro, cuando para todos es lo más común del mundo ;-), el caso es que con tiempo hasta llegué a reaccionar a mi nombre sin pensar primero "ese es mi nombre ¿no?, ¿se referirá a mí?".

Ahora en Madrid, en mi nuevo trabajo, y sin nadie que recuerde a mis compañeros mi apodo, todos me llaman por mi nombre, y vuelvo a reconciliarme con él, después de haberlo tenido olvidado durante tantos años.

No sé si quiero que se extienda lo de llamarme por mi nombre en lugar de hacerlo por mi apodo, pero sería una excelente forma de marcar el comienzo de esta nueva etapa de mi vida.

2 comentarios:

REM dijo...

Impresionante. Jajaja. En mi grupo de amigos somos 3 con el mismo nombre. A mí no me llaman por ningún apodo, siempre me llaman por el apellido. Jajaja. Y cuando me llaman por el nombre, también se me hace raro. Y también me ocurre lo mismo: si me llaman por el apellido, empezamos a conocernos mejor... Jajaja. Si ya te digo yo que llevamos vidas más o menos paralelas... :D
Un abrazoooo!!

Nathaniel dijo...

Otra coincidencia más que apunto a la lista, Rem, va a resultar que somos la misma persona y nosotros sin saberlo.

¿conocías la palabra muete?
SAludos!!